La resignificación de la infancia
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Al final, es imposible pasar por la crueldad de los protagonistas de sus libros sin pensar si sus hijos los han leído: “Sí. Y les gustan. A mis nietos les hace gracia que a su abuela la lean en las escuelas. ¿Qué es duro? También lo es la vida”. En las novelas de Kristof no hay mucho espacio para la esperanza. Sus personajes no creen en los sentimientos. ¿Y ella? ¿Cree en los sentimientos? Cuando escucha la pregunta levanta las cejas, guarda un largo silencio y, con la misma cordialidad con que abrió la puerta, responde: “No”.     "Ver más"

EL GRAN CUADERNO.
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Poco a poco nos instalamos en la vida real. El teatro colombiano y, en particular, la cartelera teatral de Bogotá, comienzan otra vez a organizar su cotidiana existencia y las salas, luego de la intensa programación de los dos festivales (Iberoamericano y Alternativo), se encargan de acostumbrar al público a que hay un día a día en las artes escénicas que no se puede perder. Las salas del Teatro Nacional optaron por un homenaje al humor colombiano, sostenido especialmente por “stand-up comedies”. Como lo hemos anotado en otras ocasiones, mucha gente del teatro no está de acuerdo con esta opción. Pero también es cierto que el llamado “teatro comercial”, al equipararse con los ritmos, las ofertas, las demandas y los modelos televisivos, se encuentra en un desafío que está aprendiendo a convivir con él. Ya volveremos en otra ocasión a este asunto.    "Ver más"